Signos del síndrome de Tourette

¿Qué es el síndrome de Tourette?

El síndrome de Tourette es un trastorno común del neurodesarrollo. Este trastorno provoca tics motores y vocales incontrolables y recurrentes. Los tics son movimientos o sonidos rápidos, repentinos e impredecibles que se producen repetidamente durante distintos periodos de tiempo. Algunos ejemplos de cómo pueden presentarse los tics son el parpadeo repetitivo de los ojos o el apretamiento de la nariz, vocalizaciones inusuales como toses o gruñidos, toques involuntarios y otros comportamientos repetitivos como tocar objetos en una secuencia. Este trastorno también afecta negativamente al funcionamiento social, lo que a menudo provoca una baja autoestima y una imagen negativa de sí mismo.    

Causas y diagnóstico

El síndrome de Tourette ha sido ampliamente investigado, pero su causa sigue siendo desconocida. La investigación ha estudiado la genética y la probabilidad de que uno sea más susceptible al trastorno, la frecuencia del trastorno dentro de las familias en las generaciones posteriores y la química del cerebro. Algunas investigaciones sugieren que el síndrome de Tourette es un trastorno hereditario. 

Para que se diagnostique el síndrome de Tourette, los síntomas deben presentarse antes de los dieciocho años. Los síntomas también deben persistir durante al menos un año, aunque los síntomas pueden aparecer y desaparecer durante breves periodos de tiempo.

Los síntomas de este trastorno incluyen tics motores simples y complejos que varían en gravedad. Un tic simple puede implicar el parpadeo o el movimiento de la cabeza, mientras que un tic complejo puede incluir varios grupos de músculos. Por ejemplo, un tic complejo puede implicar el fruncimiento de la cara, el movimiento de la cabeza y el encogimiento de hombros, todo ello dentro del mismo episodio. También es frecuente que el síndrome de Tourette vaya acompañado de otras afecciones. El TDAH, el TOC y la depresión y la ansiedad son algunas de las más comunes.

Los síntomas del síndrome de Tourette aparecen ya entre los 2 y los 7 años de edad e inicialmente comienzan a presentarse a través de tics en la cabeza y parpadeo de los ojos. A medida que el niño crece, los tics suelen ser más graves y complejos y alcanzan su punto máximo al principio de la adolescencia. Los síntomas tienden a remitir al final de la adolescencia y al principio de la edad adulta.

Tratamiento

Aunque los síntomas tienden a mejorar durante el final de la adolescencia y el principio de la edad adulta, la enfermedad se considera de por vida y crónica. Sin embargo, las personas que padecen esta enfermedad tienen una esperanza de vida normal. Aunque no existe una cura para esta enfermedad, hay varios tratamientos y medicamentos eficaces que se utilizan para disminuir la gravedad y la aparición de los síntomas. El tratamiento incluye técnicas de relajación, musicoterapia, asesoramiento y medicación para las convulsiones y la presión arterial.